viernes, 13 de marzo de 2015

Experimentos con el agua I

El lunes pasado Lucía estuvo en Madrid con su familia. Al día siguiente, en la asamblea, nos contó que vio un río muy grande, con barcos y con patos. Ya su madre me había comentado que estuvieron en el Parque del Retiro. Supuse que ese "río muy grande" era el lago del parque, así que le tiré de la lengua para que explicara a sus compañeros lo que ella recordara. Resultó que los barcos eran barcas, eran pequeñas y "no se caían". Intuí que quería decir que no se hundían. Y decidí hacer un taller de agua, para comprobar que hay cosas que sí "se caen", es decir, se hunden y otras no.

Reuní unos cuantos objetos y llené un cubo de agua y lo puse en el medio de la clase. Tonta de mí, pensé que guardarían turno para ir introduciendo los objetos en el agua con mucho cuidado y observar lo que pasaba. No se me ocurrió pensar que un cubo lleno de agua era una tentación muy grande. Y hete aquí que el primer descubrimiento que hicieron fue que al tirar cosas dentro, con mucha fuerza, plash, plash, plash, el agua "sale del cubo y salpica a todos". Y venga a tirar cosas dentro y venga a reirse. Vamos, el Principio de Arquímedes en el lenguaje de los niños. ¡Pues no ha estado nada mal el descubrimiento del primer día!

Pero claro, un cubo para muchos niños se nos quedaba pequeño y con todas las manos metidas a la vez, apenas se podía observar nada.

 

  Al día siguiente, por cortesía de la mamá de Manuela (gracias, Ana), ya teníamos una bañera. Ahora sí que había sitio para ponerse todos alrededor. Y empezamos a ponerle palabras a lo que observamos: unas cosas se quedan arriba, flotan, y otras se van al fondo, se hunden. Hasta el oso, "-ya sabe nadar", decía  Lucía mientras lo paseaba por la bañera.

Entre los objetos que se hunden teníamos varias piedras, un vaso, canicas, cucharas y cubiertos de metal.  Para terminar fuímos sacando los objetos uno a uno y los clasificamos en bandejas, en una los que flotan, en otra los que se hunden.  La semana que viene repetiremos el experimento, pues la repetición es esencial para la fijación de ideas.


Y para terminar, hay que dejar todo recogido y limpiar el agua que hemos tirado fuera. Si el experimento fue interesante, la "operación limpieza" lo fue más. Aquí les tenéis, armados de fregonas y trapos, limpiando como los mayores. Como siempre, el trabajo en equipo es fundamental para dejarlo todo "como los chorros del oro".


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